Cacafonia

16 diciembre, 2005

El ideal del mercado libre

La Biblia del liberalismo económico “La riqueza de las Naciones” de Adam Smith, publicada en el 1776, recoge la esencia de la ciencia económica liberal que inspira a los gobiernos actuales. La grandeza de la visión liberal reside en su simplicidad, y aunque no explica el detalle de todos los fenómenos económicos, facilita un marco conceptual sobre el que construir. Es como la teoría de la gravitación universal de Newton, por la misma época, que sin explicar todos los fenómenos de la física, provee un marco explicativo adecuado sobre el que cimentar nuevos y prometedores enfoques, y en esencia, dicha física newtoniana aplicada a los objetos convencionales es correcta.

Algunas ideas básicas del liberalismo económico:

(1) la demanda tira de la oferta

(2) El precio queda determinado por el punto de corte entre oferta y demanda, y es proporcional a la cantidad demanda, e inversamente proporcional a la cantidad ofertada

(3) Para un país, el máximo beneficio, la máxima riqueza para la nación, como dice el tío Adam, se obtiene dejando que se establezca el equilibrio entre oferta y demanda, sin intervenciones del estado, o de los inversores/productores en forma de monopolio (proveedor único que fija un precio abusivo) o en forma de oligopolio (pocos proveedores que se ponen de acuerdo para fijar precios abusivos).